La Plaza del Museo
Qué lugar si hablamos de arte en las calles debería nombrar, no es difícil decidirse. La plaza del Museo de Sevilla es el emplazamiento donde tiene lugar el mercado de arte que se inició en 1999.
Este mercado en plena calle es el lugar donde artistas pueden exponer su obra, ya sea escultura, pintura, cerámica u otras artes gráficas, para que cualquier transeúnte interesado en llevarse una pizca de cultura a casa pueda disponer de obras magníficas a buen precio, o simplemente disfrutar de un paseo animado por una plaza preciosa a la sombra de los árboles.
En un mercado tan peculiar como este encontraremos obras de los estilos y clases mas variopintos, desde las clásicas pinturas del Puente de Triana y la Catedral a obras de un novedoso arte abstracto y experimental. La variedad de obras está siempre garantizada dado que los propios artistas traen nuevo material prácticamente cada semana. Por estos y más motivos recomendaría la plaza del museo como un lugar obligatorio para visitar si vienes a Sevilla y te apetece dar un buen paseo por el centro y el casco antiguo de la ciudad.

Un mercado como este da vida a la ciudad y mantiene el ambiente que tanto nos enorgullece y que otorga una belleza a Sevilla que pocas ciudades tienen, somos todos responsables de cuidar lo que tenemos, de amar nuestras calles y gentes, y de respetar movimientos así. Crecí en esta ciudad y cada vez me doy más cuenta de lo feliz que me hace eso, del patrimonio que me ha acompañado dándome la mano desde niño, como a tantos de nosotros ha sido y será. Sevilla es una ciudad de luces escondidas, de rincones de juego y cuna de experiencias que nos dan vida y nos llaman a salir a la calle, a buscar sus innumerables misterios y a dedicar tiempo a conocer el aire que respiramos, este aire tan especial como la gente que lo respira.

Un mercado como este da vida a la ciudad y mantiene el ambiente que tanto nos enorgullece y que otorga una belleza a Sevilla que pocas ciudades tienen, somos todos responsables de cuidar lo que tenemos, de amar nuestras calles y gentes, y de respetar movimientos así. Crecí en esta ciudad y cada vez me doy más cuenta de lo feliz que me hace eso, del patrimonio que me ha acompañado dándome la mano desde niño, como a tantos de nosotros ha sido y será. Sevilla es una ciudad de luces escondidas, de rincones de juego y cuna de experiencias que nos dan vida y nos llaman a salir a la calle, a buscar sus innumerables misterios y a dedicar tiempo a conocer el aire que respiramos, este aire tan especial como la gente que lo respira.
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